7 dic 2008

Un solo átomo de suerte

Bueno, para comenzar por el principio y terminar por el final, queda claro que primero debería explicar el nombre del blog. Se intitula de esta manera porque soy un tipo sin suerte. Y no es ni una queja ni un lamento, es todo lo contrario.

Dentro de los miles de diferentes atributos y características con los que podríamos “etiquetar” a nuestros conocidos (y a los no conocidos también, o sea los estereotipos) un atributo para mi muy importante es la suerte. Tengo conocidos que en la mayoría de los aspectos de su vida no tienen cuesta arriba. No quiero entrar en detalles porque no tiene sentido. Pero también tengo amigos que no tienen un solo átomo de suerte presente en su vida. Grupo de personas en el que me incluyo con honores. Pero eso no quiere decir que no me pasen cosas buenas.

Dejar todos los aspectos de la vida atados a la suerte es una estupidez. Primero porque la suerte es azar e implica que no puede controlarse. Y como hoy está presente y rige la mayoría de los asuntos en la vida de los “afortunados”, mañana podría no estarlo sin ningún tipo de justificación. Y en segundo lugar (ligado íntimamente al primero punto), si nuestra vida es controlada por un algo que no seamos nosotros mismos, estamos jugando a la ruleta rusa.

Retomando, digo: no haber tenido suerte en ningún aspecto de mi vida, me obligo a prepararme más que mucha gente porque las cosas nunca se resolvieron solas. Siempre tuve que ser yo marinero y capitán, siempre tuve que tirar el corner e ir a cabecearlo.Dentro del grupo de los que no tenemos suerte (que somos la gran mayoría en realidad, los bichos raros son los afortunados, sépanlo) están los que anulan el sentido de la vida porque todo es muy difícil. Y es verdad, todo cuesta un huevo. Pero también estamos los que queremos salir adelante. Y esa forma de pensar es deseo y motor que rema siempre cuesta arriba, haciendo todo por no bajar los brazos.

No haber tenido suerte me empuja siempre a querer saber un poco más, a saber cómo conseguir ese dato fundamental. Me obligo a aprender a manejar las herramientas que hoy me hacen valerme por mi mismo. Y una vez adquirido el conocimiento, tener o no suerte es lo mismo. Entonces, cuando adquiero conocimientos, puedo intercambiar “saberes” con mis pares y seguir creciendo como persona. Es un círculo de crecimiento constante y es una de las mejores formas de aprovechar el tiempo que tenemos. El crecimiento personal nos hace mejores personas, y eso es lo mejor que podemos hacer por nosotros mismos y por los que nos rodean.

1 comentario:

etgitano85 dijo...

ufff muuy serio cara de pixa...para distender te digo....suerte tenes asi que no llores....obvio que no tenes el orto que tengo yo para con la vida pero suerte tenes tenes a tu nena a tu mujer(aunque este pirucha pero te banca ajjaja) seguis vivo despues de pasar tu etapa del paco la heroina y no hablemos de las demas pastas negro raviolero...sobreviviste a la amistad de nordio que eso es mucho decir para tus bolsillos
y nada....
tendrias uqe haber puesto la foto de MI VIEJA MULA YA NO ES LO QUE ERA!!!
viking or vikodin